La expresión creativa como conector
Argentina es un país lleno de historia. Esto podemos ver a través de varias corrientes en la expresión creativa: la palabra escrita (la literatura, la música, la poesía), el cine, la fotografía, etc. Aunque había eventos muy distintos con respeto a la historia de Argentina, es muy importante tener la capacidad de ver las varias relaciones entre todo. Todo se relaciona con todo; el entendimiento de la historia se basa mucho en este hecho. Más específicamente, podemos ver con mucha claridad la relación entre todo con respeto al tema de violencia y el dolor emocional. Además, qué quizás la ignorancia pueda ser igual que la felicidad.
Empezamos con “Apocalipsis de Solentiname” (1985) por Julio Cortázar. Este cuento nos muestra la violencia a través de un tono muy interesante. En la mayoría de sus obras, Cortázar utiliza lo que él llama “lo lúdico.” Básicamente, este concepto se basa en un juego de palabras con la imaginación y la falta de una realidad específica. En una entrevista con Omar Prego en 1976, dijo: “…Siempre he vivido en un mundo de literatura que al mismo tiempo es un mundo lúdico, porque para mí es la misma cosa” (4). “Apocalipsis de Solentiname” re refiere a una vacación (más o menos) de Cortázar. Visita a algunos amigos (Ernesto Cardenal, Carmen Naranjo, Samuel Rovinski, etc.) en una isla llamada Solentiname. Nuestro autor supone en el cuento que este lugar tendrá mucha destrucción a causa de la revolución en Nicaragua. Obviamente el concepto de revolución está relacionada con pensamientos de muerte y sangre. Sin embargo, mientras camina por las calles sacando fotos, y que todo se ve es bello. La gente parece muy feliz; no hay destrucción ni sangre en ese país. Es una sorpresa para Cortázar, pero una sorpresa agradable. Quiere mostrar sus fotos cuando regresa a su hogar. Cuando muestra esas fotos, son horribles y llenas de violencia:
Yo había apretado el botón y el muchacho estaba ahí en un segundo plano clarísimo, una cara ancha y lisa como llena de incrédula sorpresa mientras su cuerpo se vencía hacia adelante, el agujero nítido en mitad de la frente, la pistola del oficial marcando todavía la trayectoria de la bala, los otros a los lados con las metralletas (Cortázar 4).
Su audiencia, por otro lado, ve las imágenes que vio Cortázar cuando estaba allí: felicidad, prosperidad, y nada de muerte. ¿Cuál realidad es real? La verdad es que no sabemos. Así vemos el punto principal de este ensayo: qué la ignorancia o falta de reconocimiento pueda traducirse en felicidad. Cortázar, cómo siempre, nos ofrece varias realidades. No sabemos con seguridad cuál situación es la real: la de la belleza del paisaje y una gente tranquila, o la de los cuerpos humanos en las calles y sangre en cualquier lugar que se mira.
Algunas veces, la realidad no es bonita. No tiene belleza; no tiene lógica; no tiene una manera de explicarse. Por eso, algunas veces es más fácil fingir que una situación no existe. O sea, lo que no se sabe no puede hacer daño. Una herramienta para evitar la fea realidad es el sentido de humor. En su entrevista con Omar Prego, Cortázar habla sobre su sentido de humor:
Desde pequeño yo he tenido un gran sentido de humor y me acuerdo que siendo muy niño—tendría ocho o nueve años—me producía un gran asombro que en ciertas conversaciones de los mayores, en circunstancias en que todo hubiera podido arreglarse con una broma, con una respuesta llena de humor, todo el mundo se ponía trágico, todo el mundo se tomaba las cosas por el lado negativo…Mira que esto también puede aplicarse a la raza humana en general… (6).
Como escritor, quiere crear nuevos pensamientos, para si mismo y también para sus lectores. El mundo a través de los ojos de Cortázar muestra un mundo confundido y lúdico, pero nunca aburrido. “Para mí, una literatura sin elementos lúdicos era una literatura aburrida, la literatura que no leo, la literatura pesada, el realismo socialista, por ejemplo” (Juego y compromiso político 7). Entonces, su trabajo como escritor es abrir los ojos de los lectores; dar nuevas ideas y realidades para que puedan participar.
Juan Gelman también tuvo sentido de este trabajo. En su poema “Arte poética,” habla sobre su responsabilidad como escritor para informar a la gente de lo que ha pasado para que no pueda repetirse. Además, que este trabajo puede ser muy duro y doloroso.
Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor...(1)
Aunque no ha vivido todo el dolor en Argentina si mismo, todavía puede sentir lo que ha pasado a través de sus obras. Escribe como si estuviera allí, y si cerramos los ojos y escuchamos las palabras que dice Gelman, nosotros también podemos ver los eventos. El dolor no es nuestro, igual que la culpa no es nuestra. Sin embargo, es muy importante entender lo que ha pasado para evitar lo mismo en el futuro.
Los besos del encuentro, los besos del adiós
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre
Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte…(2)
La relación aquí se puede conectar con la mayoría de los textos leídos: aunque los eventos trágicos ya han pasado, las consecuencias todavía viven fuertemente en la memoria. Un ejemplo perfecto de esta idea se muestra en su poema “Si dulcemente” (1980). Este poema habla sobre unos amigos suyos, y todos escritores, que desaparecieron durante la guerra sucia en Argentina: Paco Urondo, Rodolfo Walsh, y Haroldo Conti.
…En silencio
los hermanitos hablan de la vez
que estuvieron a dos tres dedos de la muerte / sonrien
recordando / aquel alivio sienten todavía
como si no hubieran morido / como si
Paco brillara y Rodolfo mirase
toda la olvidadera que solía arrastrar
colgándole del hombro / o haroldo hurgando su amargura
(siempre)…(1)
Este poema es bellísimo. Habla sobre la memoria de los amigos en un tono muy descriptivo y que evoca muchas reminiscencias. Aquí también se ve el tema de la violencia. Aunque es más implícita en este ejemplo, todavía vemos que algo horrible pasó con sus amigos y que están muertos.
…tendidos
en todo eso los compañeros / mudos /
deshuesándose en la noche de enero
quietos por fin / solísimos / sin besos. (1)
Qué profundo. Gelman explora la muerte de una manera muy íntima; elabora los detalles que usualmente no dicen. Explica implacablemente que ellos están muertos; están solísimos debajo de la tierra; nunca serán besados otra vez. Además, la memoria de los eventos, aunque ya pasaron, puede vivir a través de la palabra escrita. Igual que “Apocalipsis de Solentiname,” hay una violencia que vive de alguna manera después de que los eventos han pasado. Una película también tiene esta idea.
“Cautiva” (2003) por Gaston Biraben es una película también centralizada en la guerra sucia de Argentina. El personaje principal, Cristina Quadri, parece tener una vida muy normal con padres que le amaban muchísimo. Pero un día, un juez federal le cuenta que su nombre verdadero es Sofía Lombardi. Sus padres reales habían sido detenidos por su oposición pública contra la dictadura; ahora ella tenía que vivir con su familia real. Obviamente, sus padres fueron parte de los desaparecidos de la guerra sucia. Miramos mientras Cristina lucha con su identidad real y el reconocimiento de su pasado. Esta lucha también tiene que ver con una vida casi fingida en su totalidad, y las repercusiones de esta vida. Hasta la edad de dieciséis años, ella había crecido creyendo algo completamente falso; ahora, tenía que estar frente a frente con los eventos de su pasado. Eventualmente, puede hacer frente a y abrazar ese pasado con los cambios necesarios. Aquí también podemos ver el tema de la violencia a más del sentido de ignorancia. Aunque la vida que pensaba era real no fue verdaderamente, todavía estaba contenta. Cuando fue confrontada con la verdad por primera vez, no sabía cómo sentir. Lloró y salió, y a pesar de la evidencia dada, no podía creerlo por algún tiempo.
Pues tenemos un cuento, una película, un reportaje, y unos poemas…todos muestran de alguna manera los temas de violencia y el hecho de que la vida sea más simple sin la fea verdad. “Apocalipsis de Solentiname” nos muestra varias realidades y nos hace pensar en qué es real. El elemento lúdico es una marca típica de Cortázar, igual que su sentido de humor, lo cual leemos en su entrevista con Omar Prego. ¿Fueron las fotos de violencia o tranquilidad? ¿Pensaba que sólo miró la isla en tranquilidad cómo una manera de afrontar la revolución violenta? No sabemos. Lo que sí sabemos es el hecho de que Cortázar fuera impactado profundamente por lo que vio. Del mismo modo, los poemas de Juan Gelman nos muestran cómo los eventos de la guerra pueden afectar a la gente después de la acción. Gelman como escritor tiene la responsabilidad de informar y comunicar lo que ha pasado, y recordar esas memorias y eventos puede ser bastante difícil y doloroso. Finalmente, la película “Cautiva” nos muestra de nuevo la capacidad del pasado para afectar a la gente muchos años después de que ha pasado. Esta violencia no sólo es una violencia física, sino también una violencia emocional. Cómo podemos ver ahora, la expresión creativa en cualquier forma lleva muchísima importancia. Por eso, podemos hacer conexiones con todo y entender mucho mejor la historia.
Por Ashley Moore
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